domingo, 29 de diciembre de 2013

Galletas de manzana para Blancanieves

   Yo nunca he sido muy fan de estas fechas. La Navidad me parece una época en la qué lo que más se cultiva es la hipocresía, o al menos eso me dice mi parte racional.
  Mi parte sentimental, amasada durante años por la familia, la publicidad y otros usos y costumbres no puede evitar ser tan pánfila como para caer en el autochantaje emocional; a veces incluso pienso que es triste estar aquí sólo en Nochebuena, incluso cuando la alternativa sea la madre histérica, el hermano bolinga, la cuñada venenosa y demás parentela.
  Os cuento todo esto para que entendáis que a veces no es tan fiero el lobo como lo pintan...
  Y eso mismo pensó Blancanieves. La tía, después de la trola que contó sobre mi pudín de manzana ha tenido las ganas de llamarme para venir a hablar conmigo.
  Por un lado no me apetecía mucho, pero debo reconocer que todas las cosas que me contó la madrastra habían despertado mi curiosidad... ¿Cómo resistirme a una pérfida lolita? Y por si fuera poco había encontrado en el blog Dule una receta para el reto especial navidad de El asaltablogs...que me había seducido por lo original de la propuesta: ¡Una receta fallida, que no sale! ja,ja
  Un desfacedor de entuertos como yo no podía resistirse de ninguna de las maneras, de paso con gran retranca le iba a preparar a la princesita unas galletas de ¡Manzana!. Toma ya.

  Llegó puntual, modosita y haciendo gala de la educación que se espera de una chavalita de postín.   Aunque tenía pensado hacerme un poco el duro, nada más llegar puso su mano con una ramita de acebo sobre mi cabeza y me plantó un besito en el morro que no por casto me dejó frío.
  Se deshizo en disculpas y me aseguró que había cambiado, que se arrepentía de sus trapacerías anteriores. Me convenció y me alegré sinceramente porque ya sabéis el (ejem) cariño que le profeso a su madrastra.
  Decidido ya a hacer las paces le ofrecí un té y fui a la cocina a sacar la primera hornada de galletas. Muerto me quedé cuando vi que la muy perra había aprovechado mi descuido para coger las llaves de mi coche y pirarse con él. Incluso tuvo el descaro de lanzarme un besito mientras pisaba a fondo, no como esos macarras de los enanos que me dedicaron todo tipo de burlas y gestos soeces.
  Volví a la cocina para hacerme una segunda hornada de galletas, esta vez mas ilustrativas de mi opinión sobre el espíritu navideño.


Galleta de manzana

Para la compota caramelizada
100 gr de manzana golden delicious pelada y en daditos
Un paquetito de gasa con las pepitas de la manzana
100 gr de azúcar
50 gr de nueces muy picadas

200 gr de harina de repostería
1/2 c.t. de levadura royal
50 gr azúcar
1/2 c.t.canela
70 gr de mantequilla en pomada
1 huevo mediano

  Primero hacemos la compota: Ponemos en un cazo todos los ingredientes a fuego medio y dejamos cocer, removiendo frecuentemente, media hora o hasta que esté muy espeso y con un bonito color caramelo. Retiramos la pepitas y dejamos enfriar
   Tamizamos la harina con la levadura y la canela.
   A parte, batimos el azúcar y la mantequilla hasta que quede una mezcla blanca y cremosa, añadimos el huevo y la compota (unos 60 gr.) y seguimos batiendo hasta que esté todo integrado.
  Vamos incorporando la harina poco a poco, con la ayuda de una espátula, hasta obtener una masa. Formamos una bola y refrigeramos 2 horas envuelta en film.
   Pasado este tiempo precalentamos el horno a 180º, estiramos la masa sobre una superficie enharinada hasta que tenga como 1/2 cm y con un cortapastas vamos cortando las galletas.
   Las horneamos en la bandeja sobre un papel  unos 10 min, las dejamos reposar 5 min. y las pasamos entonces a la rejilla para que acaben de enfriarse.


domingo, 22 de diciembre de 2013

Potaje mestizo de las mil y una noches

 
Yo tuve un sueño!
    ¿O no?, ¿o si?...
   La otra noche mientras dormía plácidamente tras contar corderitos de Sepúlveda desperté al oír un barullo en la cocina.
   Me levanté sigiloso y llevando una percha como única arma me dirigí hacia allí preparado para enfrentarme a lo que fuera.

   Mi sorpresa fue encontrarme a dos exóticas damas enzarzadas en una virulenta discusión mientras se afanaban en mi cocina.
   "¿Canela, canela?- Bufó la primera- "¡Qué sabrás tú de cocinar!"
   La aludida se volvió,  dejando a la vista mi cazuela buena, ainss! "Pues sé lo suficiente como para hacer un buen potaje, apócrifa!"
    "Apócrifa yoooo?" - Bramó la otra -. "Yo soy tan auténtica como la que más".
    "Eso se lo cuentas a otra, si lo sabré yo... Pásame una cucharada de cúrcuma y calla".
    "¡¿Una cucharada?! Si serás burra, ¡ponle mil y una ya de paso!"
    Pensé en intervenir, pero la verdad es que me estaba divirtiendo con todas esa puyas y viendo que ese tópico de "qué guapa estás cuando te enfadas" a veces se cumple. No todas las noches se encuentra uno sumergido en las intrigas del Haren, je, je.

  Porque yo ya había reconocido a las dos protagonistas: Nada menos que Sherezade y Jasmín, de "Las mil y una noches", al menos en algunas versiones. Pero me cuidaría mucho de que esta última me oyese decir esto.
    Pero de nada me sirvió mi discreción porque enseguida me descubrieron. "Hombre... el señorito de la casa", dijo Jasmín amenazante, "¿Es qué no tienes de nada?", bufó Sherezade.Y se lanzaron sobre mi exigiendo todo tipo de ingredientes.
    Les facilité los que pude e intenté contentarlas con algunos sucedáneos, mientras me reía para mis adentros con su numerito de matronas furibundas.

   El aire empezó a llenarse de fragancias deliciosas y evocadoras mientras ellas se quejaban de lo malo que iba a estar, aunque se ruborizaban ante mis exclamaciones.
   Entonces me desperté en mi cama. La casa estaba en silencio y pensé que todo había sido un sueño. Cuando llegó a mi hocico un olor delicioso que reconocí con sorpresa:
    Sobre la mesa encontré una sopera aún humeante de delicioso potaje...ummm?

Potaje mestizo

50 gr de mantequilla (A falta de gee)
2 chalotas picadas
1/4 kg de carne de cordero
1/2 c.t de cúrcuma
1/2 c.t. de cominos tostados
1/4 c.t. de canela
1/2 c.t de pimienta negra
2 patatas peladas y en dados
150 gr de judias cortadas
150 gr de calabaza en cubos
200gr de garbanzos cocidos
1 l de caldo de pollo
1 diente de ajo
cilantro y perejil frescos

   Ponemos la mantequilla en una cazuela y en cuanto empiece a espumear pochamos la chalota, cuando esté transparente echamos las especias y damos una vuelta, añadimos el cordero y doramos bien por todas partes. Incorporamos las patatas y rehogamos, removiendo, 5 min.
   Incorporamos las verduras y los garbanzos, removemos con una cuchara de madera y regamos con el caldo de pollo, llevandolo todo a ebullición. Cuando rompa a hervir dejamos a fuego moderado 1/2 hora.
   Pasado este tiempo hacemos un machado en el mortero con el perejil, el ajo y el cilantro, añadimos al guiso, comprobando de paso el punto de sal. Dejamos que de un hervor y servimos.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Tarta de calabaza, naranja y chocolate para una señorita nudista

  El otro día estaba pescando, cuando a mi lado apareció una suerte de top model en pelota picada: la chica era un bellezón en plan Daenerys Targaryen con una melena espectacular que le llegaba a media pierna.

  Enseguida le tiré los trastos, obviamente lo tenía que intentar al menos.
  Pero ella, mucho poner ojos de cordera que ni mu.
  Llegué a la conclusión de que era un poco falta o algo así, borrico que soy. La invité a venir a casa a calentarse, como ella prefiriese, je,je... y se vino de la manita tan campante, dejando más bien poco a mi imaginación, ya de por si bastante calenturienta.

  En cuanto llegamos, cogió el ordenador y me escribió su historia a ritmo de swing, que debía saber mecanografía avanzada, porque el teclado echaba humo.
  Decía que era una sirenita que había cambiado su voz prodigiosa a una malvada bruja por las dos piernas que la habían traído hasta mí. Y que piernas, ¡gran trato, chata!.
  Lo malo de todo esto es que ahora era mortal y padecía de unas agujetas crónicas horribles.
  A mí, todo esto me estaba sonando a delirio-tremendo, que aunque uno aquí ha visto "cosas", lo de esta chati era demasiado...

  Yo le decía que sí a todo y le daba golpecitos en la mano en plan comprensivo. Mientras, empezaba a imaginarme una vida ideal: además de guapa y con un carácter bastante deshinibido, era muda. ¿Qué más se puede pedir? Total, si tenía una imaginación tan hiperactiva podía abrirse un blog.
   En ese momento, le saqué mi tarta de calabaza, naranja y chocolate, y uno de esos tés con la cara de Sergi Arola que venden en el super...

   Con la tarta, los ojos le hicieron más chiribitas que a Marujita Díaz, y me dije a mi mismo que la tenía en el bote. Pero al primer sorbo del brebaje del mediachef aconteció la desgracia...
   No sólo perdió las piernas, ¡y que piernas!, a cambio de una cola como de pescadilla, sinó que empezo a hablar...
   Como os habréis imaginado, la llevé boqueando al río. En mi favor tengo que decir que no me equivoqué en lo de la imaginación, porque ¡si aquello era una voz prodigiosa yo soy el calvo de la lotería!. Ya se sabe: "Por la boca muere el pez".
Tarta de calabaza, naranja y chocolate  
(La receta parece muy larga pero se  hace en menos de 1 hora)


Para el bizcocho de calabaza
500 gr de calabaza pelada y cortada en dados
300 gr de harina tamizada
150 gr de aceite suave
2 huevos
150 gr de azúcar
2 c.c de mezcla de especias para speculoos*
1 sobre de levadura

Para la mezcla de especias (Sobrará mucha, pero puede usarse para otras preparaciones)
5 c.c de canela
2 c.c de jengibre molido
1 c.c. de clavo molido
1/2 de nuez moscada molida

Para la naranja confitada
1 naranja muy bien lavada u cortada en rodajas lo mas finas posible
300 gr de azúcar

Para el ganaché de chocolate
300 gr de nata liquida
225 gr de cobertura de chocolate negro

    Primero hacemos el bizcocho, para ello ponemos a cocer la calabaza con un poco de agua, cuando arranque a hervir tapamos y dejamos a fuego medio bajo 15 min o hasta que esté blanda. Escurrimos y trituramos.
     Precalentamos el horno a 190º
    Añadimos los huevos y batimos, quedará un puré fino. Ponemos entonces el azúcar, las especias y el aceite y seguimos batiendo.
    Cuando la mezcla sea homogenea añadimos poco a poco la harina sin parar de mezclar.
    Pasamos a un molde engrasado y metemos en el horno. Bajamos la temperatura a 170º y horneamos en la parte media baja 40 min. o hasta que un palillo salga limpio.
    Mientras confitamos la naranja, para ello escaldamos las rodajas en agua, a fuego suave, 10 min.
escurrimos.  Ponemos en una cazuela pequeña 150 ml de agua y el azúcar y llevamos a ebullición hasta que se disuelva. Ponemos entonces las rodajas de naranja y dejamos cocer tapadas 1 h a fuego suave, meneando la cazuela de vez en cuando por las asas. Sacamos con cuidado y dejamos escurrir sobre una rejilla. Reservamos el almíbar.
  Hacemos el ganaché: Ponemos la nata en un cazo y cuando arranque a hervir incorporamos el chocolate troceado. A fuego bajo removemos hasta obtener una crema. Dejamos enfriar.
   Sacamos el bizcocho, dejamos enfriar en una rejilla. Una vez frió lo cortamos por la mitad y bañamos con el almíbar de naranja, cubrimos la parte de abajo con  las 2/3 partes del ganaché, 2 y sobre esta colocamos una capa de rodajas de naranja. Colocamos la capa superior del bizcocho.
Pincelamos la parte de arriba con el resto del almíbar y  con una espátula extendemos una capa de ganaché por todo el costado del bizcocho.

*La receta de la naranja confitada está inspirada en esta del blog "Mi gran diversión"

lunes, 2 de diciembre de 2013

harira para una cigarra aterida.




El otro día, volvía a casa en plena ventisca cuando me pareció oír una discusión. Ya se que está feo, pero no pude por menos y me acerqué a escuchar.
   Era en el hormiguero que hay detrás de casa. La cigarra estaba pidiéndo amparo a la hormiga y esta, en vez de dejarla pasar con la que estaba cayendo, le estaba soltando un sermón tremendo.
   A mí, las hormigas me chinchan un poco, son bastante "cabezacuadradas" y no se puede decir que disfruten  mucho de la vida. Pero bien que marcaban el paso este veranito cuando la cigarra les amenizaba el curro con sus canciones pachangueras.
   Le dije que se viniese a casa a cenar y a calentarse un poquito.

   A veces es mejor ir de divo y cobrar un caché tremendo que regalar generosamente tu arte... Le iba yo diciendo al pobre insecto aterido, cuando me interrumpió.
   Parece que el problema era más complicado, pero no quería hablar.
   Más tarde, después de un par de platos de harira, que harían levantarse de su tumba dando palmas a cualquiera, decidió contarme su historia.

    Resulta que la descerebrada cigarra firmó un contrato de confidencialidad con la Reina de las hormigas por ciertos servicios prestados que, caballerosamente, no describió. El hecho es que durante la prestación de estos, le cantó a la dama todo su repertorio y ahora no tiene los derechos de sus propias canciones.
   Con los royalties que cobraba no necesitaba mendigar comida, pero ahora...

   Yo no pude por menos que reírme, ¡si eran un tostón de canciones! Seguro que ya estaba hasta el moño de hacer siempre los mismos bises. "La bomba", "La barbacoa"...
    Al principio pareció ofenderse, pero luego comenzó a reír también: Empezaría una nueva carrera con nuevo estilo, nuevo repertorio y nuevo todo.
 ¡No mas canciones  del verano!

  
 Harira maroquí

100gr de lentejas
100gr de garbanzos
1/2 kg de tomates maduros pelados y cortados en daditos
2 cuellos de cordero, limpios de grasa*
2 l de caldo de pollo
1/2 c.t. cúrcuma
1/2 c.t. de canela
2 c.s de cilantro fresco  picado
1 c.s  de perejil fresco picado
1 cebolla picadita
30 gr de mantequilla
100 gr de fideos

  El día antes poner las lentejas y los garbanzos en remojo en agua tibia.
  En una cazuela fundir la mantequilla, dorar el cordero por todos los lados y reservar en un plato.
  En la misma cazuela rehogar la cebolla, con 1 c.t. de sal, hasta que esté transparente. Añadir la cúrcuma, la canela, el cilantro y el perejil y remover  un poco.
  Incorporar entonces el tomate y rehogar 10 min. removiendo de vez en cuando.
  Añadir entonces el caldo y el cordero y dejar cocer 1h y 1/2 o hasta que los garbanzo estén tiernos.
  Sacar entonces los trozos de cordero y escojer la carne, que volveremos a añadir a la sopa desmenuzada.
  Ajustar el punto de sal y añadir los fideos.
  Servir acompañada de una rodaja de limón.

*Yo prefiero usar cuellos porque son muy sustanciosos y hacen un caldo muy sabroso, pero si no los encuentras puedes usar cualquier otra pieza de cordero que tenga hueso