lunes, 31 de marzo de 2014

Eclairs de crema de pera y DJ flautista



   Permitidme que por una vez no sea el protagonista de la historia.
   No se que me entristece más, la credulidad de la gente o su volubilidad.
   Hace un año en las fiestas del bosque pinchó un DJ. Un chaval majo aunque se lo tuviera un poco creído. En plena sesión, los lemming que estaban de migración atravesaron en masa nuestro festivo claro. Nunca lo habían hecho, pero el boom inmobiliario ha cambiado muchas cosas.


    Se armó un tremendo alboroto, todo el mundo corría y gritaba, todos menos nuestro impasible pinchadiscos que entre las gafas de diseño y los mega auriculares no se enteró de nada.
    Por supuesto los roedores no se entretuvieron y siguieron su loca carrera rumbo a un acantilado cualquiera.
    El tabloide sensacionalista del grupo editorial de los Grim Bros. dio la noticia a su manera: "Un discjockey heroico nos salva a todos de la plaga cuasibíblica".
    A mí me dio la risa. Pero el alcalde aprovecho la oportunidad para apuntarse un tanto (facturando de paso un festejo absurdo) y le entregó las llave de oro del bosque.


   Esta semana el mismo DJ ha organizado una rave en una cueva cercana y todos los chavalines de la zona han ido para allá.
   El mismo periodicucho que lo había encumbrado se tiró a la yugular: "Malvado músico secuestra a la flor y nata de nuestra juventud con sus cantos de sirena".
   Para qué quieres más, los GEO, los cuerpos de intervención, dos batallones del ejército y una pareja de la guardia civil.
   Todos los que le habían aclamado cuando el absurdo de los lemmings corrieron a insultarlo
   El ridículo vino cuando de la cueva empezaron a salir jovenzuelos descerebrados y resacosos encantados de haber pasado el mejor fin de semana de su corta vida...
   Yo lo vi todo sentado en la puerta de mi guarida... por una vez sin ser yo la víctima!



ECLAIRS DE CREMA DE PERA

Pasta choux
 115 ml de agua
45 gr de mantequilla troceada
1 pizca de sal
1c.s de azúcar
85 gr de harina corriente
3 huevos "m"

Crema de pera
150 gr. de mermelada de pera y regaliz
200 ml.de nata para montar muy fría
4 c.s. de azúcar

   Precalentar el horno a 210º
   Ponemos al fuego el agua con la sal, el azúcar y la mantequilla, cuando rompa a hervir apartamos y echamos la harina de un golpe removiendo con una espátula hasta que esté mezclado. Volver a poner a fuego moderado removiendo hasta que la masa se desprenda de las paredes y forme una película en el fondo.
  Retiramos del fuego y hacemos un agujero en el centro, añadimos los huevos de uno en uno removiendo hasta que se absorba totalmente. Batir hasta que la masa esté unida y lisa.
  Pasamos a una manga pastelera y formamos las lionesas sobre un papel de horno haciendo un "Sube, baja, sube" de unos 3 cm. de ancho por 5 de alto.
  Barnizamos con un pincel mojado y bien escurrido, en huevo batido. Horneamos 20 min.
  Mientras hacer la crema. Para ello montar la nata: batir y cuando empiece a espesar espolvorear el azúcar sin dejar de batir, continuar hasta que esté bien firme.
   Mezclar con cuidado y movimientos envolventes con la mermelada y refrigerar.
    Cuando los eclairs estén fríos rellenar.

 Esta receta  formada parte del asaltablogs de marzo,  es del blog "Postres originales" donde hay un montón de cosas ricas dulces y saladas.
 Mi vicio por las peras hizo que cambiara las manzanas por estas últimas y además la receta de pasta choux es la de Julia Child...también es un vicio, ji,ji

 
 
  
  
 

domingo, 23 de marzo de 2014

El Guinness bund cake y el principe rana


   He tenido una cita con una chica que conocí en el facebook.
   Se ha empeñado en venir al bosque de los cuentos, ¡con las ganas que tenía yo de salir  a dar un garbeo por la ciudad.!..que esto en invierno se hace durísimo.
   Para acabar de recordarme lo cosmopolita de la city me ha traído una cervezas Guinness, que yo aquí lo mas exótico que puedo beber es una Mahou.

   He visualizado la escenita, ya sabéis lo payaso que soy, los dos al pie de la chimenea bebiendo esas cervezas, con esa espuma espesa, espesa . Esto de no ligar me está generando unas ideas de lo mas calenturientas.
   Pero ella tenía otros planes, quería dar un paseo, "para conocer tu mundo". Me apetecía tanto como cortarme las venas con el frío que hace, aunque reconozco que su interés me halagó.
  Deseando ser un buen cicerone la lleve a ver nuestros hits turísticos:
  El Castillo real, la Casa de los enanitos, los chalets de los tres cerditos...pero parecía distraida, mirando todo el rato a su alrededor como si buscase a alguien.
   Le pregunté, pero me dijo que no, que era todo "interesantísimo" y yo "un amor". ¡Ay, que falto estoy de cariño, que me lo creí!

   Estábamos llegando a casa de Gepetto cuando echó a correr hacia la charca en plan Hussain Bolt y antes de que me diera tiempo a preguntar nada cogió una rana y le plantó un beso en los morros.
   Chumpum! La rana se convirtió en un apuesto príncipe, como no, al que ella miraba con arrobo y unos ojos de bambi tremendos.
    El príncipe era, como buen personaje de cuento, guapo a rabiar, pero gentil, lo que se dice gentil no. ¡Lo que salió de esa boca, madre!
   Hay que entender al pobre: Llega una pava, a la que no ha visto nunca y le planta un beso sin cariño ni na que le convierte en un animal , para la moda de charca,  repulsivo, Y no solo eso, que él tiene unas obligaciones batracias, una mujer, un renacuajo y varios cientos huevos, además de la hipoteca del nenúfar de vacaciones.
  Se ha ido bufando, a ver a la bruja del bosque  para que le arregle el desaguisado, justo en dirección contraria a la mía.
  No me iba a quedar con la cazafortunas esa, al fin y al cabo casi ni la conocía.
  Pero las cervezas me han sabido a gloria, ji,ji

Guiness bund cake

250 ml de cerveza guinness
250 gr de mantequilla
300 gr de azúcar
250 gr de harina de repostería
2 c. p de bicarbonato
90 gr de cacao en polvo
1 tetrabrick pequeño de nata para montar
2 huevos
2 c.p. de vainilla líquida

   En un cazo calentamos la cerveza a fuego medio y añadimos la mantequilla, removiendo hasta que esta se derrita.Dejar templar.
   Precalentar el horno a 180º
   Tamizamos 2 veces en un bol el azúcar con la harina, el bicarbonato y el cacao en polvo.Reservamos también.
   Aparte batir la nata con la vainilla y los huevos, cuando esté bien combinados añadimos la cerveza con la mantequilla y . Incorporamos esta mezcla líquida a los ingredientes secos batiendo energicamente hasta que la mezcla esté homogenea, quedará bastante líquida.
  Ponemos en un molde untado de mantequilla y enharinado y horneamos unos 40´ en la zona media del horno, o hasta que un palillo salga casi limpio.
  Dejamos enfriar 10´, desmoldamos y volvemos a ponerlo en la rejilla hasta que se enfríe por completo.
  Acompañamos de queso batido con azúcar.

*La receta original es de Nigella Lawson, aunque yo la descubrí en el blog Pumuki a la cuina que a su vez la asalto de Al calor del horno, que a su vez...Otra vez jugando al teléfono estropeado.
*Yo he reducido bastante la cantidad de azúcar y el resultado es bueno, un bizcocho muy jugoso y nada empalagoso, chim-pon
*Aunque esta semana estéis hartos de recetas con guinness por lo de S. Patricio, no dudéis en probarla, es  increíble
  



domingo, 16 de marzo de 2014

Pastelitos de amapola y naranja, la perla y el dragón



 ¿Si tú estuvieses recogiendo setas tranquilamente y vieses pasar a toda velocidad a una chica aterrorizada, que harías?
   Pues yo lo mismo, correr como un loco detrás de ella. A medida que acortaba distancias descubrí que poseía un pelo precioso, negro y brillante, que se movía a su espalda como una cosa viva, que sus ropas era exóticas y coloristas y que tenía unos pies diminutos, calzados con unos chanclos de madera que manejaba con pericia, porque menuda velocidad se gastaba.

   Al fin se paró a recobrar el resuello y le dí alcance. Al oír "Señorita..." se volvió y la cara de terror que puso me dejó helado. Intenté calmarla cuando me di cuenta de que miraba paralizada algo tras de mí.
   Al girarme descubrí uno de esos bichos extintos, nada menos que un T-Rex. Sin pensarlo mucho, la agarré del brazo y eché a correr.

    No tardé mucho en darle esquinazo escondiéndonos en una cueva oculta tras unos arbustos. La chica era un bombón oriental que a mi pregunta de que que diablos era eso solo acertó a decir "Dragón, dragón" Y por señas, ya que no hablaba mi idioma, me hizo entender lo que pasaba. Bajo el kimono llevaba una bola blanca que debía ser un huevo de dino que ella equivocadamente llamaba "perla".
    En esas estábamos cuando el bicho nos descubrió y tuvimos que salir corriendo. Esta vez no se dejaba engañar...


   Entonces desperté en mi cama.
   Y el dinosaurio aun seguía allí.


Pastelitos de semillas de amapola y naranja

Para la masa

 150 g de harina de arroz
  70 g de sirope de naranja o Golden Syrup
  40 g de aceite de sesamo o aceite de girasol
  1/4 c.t. de bicarbonato disuelta en 1 c.s. de agua

Para el relleno

225 gr de semillas de amapola
100gr de azúcar
35 gr de mantequilla
50 gr de almendra picada
50 gr de naranja confitada picada
1 clara de huevo

Baño
1 yema de huevo batida con dos c.s. de agua

    Primero hacemos el relleno: Cocemos las semillas en abundante agua a fuego medio  1/2 hora. Después las escurrimos bien y las trituramos en el robot o con la batidora hasta que sea una masa marrón claro. En un cazo derretimos la mantequilla e incorporamos todos los ingredientes menos la clara, cocemos 10´. y dejamos enfriar. En ese momento añadir la clara a punto de nieve.
   Formamos bolas del tamaño de una nuez y metemos en el congelador al menos dos horas.
   Por otro lado hacemos la masa. Para ello mezclamos el sirope con la harina y la cucharada de agua con bicarbonato. Volcamos la harina de una vez y mezclamos hasta que esté homogeneo. Se amasa para darle forma de bola y se deja reposar envuelto en film hasta que el relleno esté firme.
    Precalentamos el horno a 180º.
   Cogemos una porción de masa y aplastamos para formar un disco, ponemos una bola de relleno en el centro y recubrimos, haciendo rodar la bola sobre la mesa para que quede lisa.
   Metemos en el molde  y colocamos el la bandeja del horno forrada con un papel resistente al calor. Repetimos la operación.
   Ponemos la bandeja en el horno 10´, sacamos y reposamos 1/4 de hora, sin apagar el horno y dejando la puerta cerrada. Durante este reposo aprovechamos para barnizar el dibujo de la parte de arriba con la yema con un pincel fino.
   Horneamos 10´mas, sacamos a una rejilla y dejamos enfriar.

*Para hacer estos partelitos he usado un molde de moon cake, podéis comparlo por internet o incluso el los bazares "chinos"

*El relleno está inspirado en una receta de Ibán Yarza, es típica de Polonia y muy muy adictiva.

*Duran varios días escondiéndolos en una caja hermética


   

domingo, 9 de marzo de 2014

Quiche de salmón y eneldo del lobo en París


  Mi primo Dennis me invitó a conocer París. Tengo que confesar que estaba emocionado y asustado a la vez, porque soy un Lobo de mundo más en teoría que en la práctica. No son muchos los viajes que he hecho y me imponen las grandes ciudades.

   París en ese aspecto me resultó desmesurada; los grandes boulevares, que abundan como las setas en mi bosque y que te lleva una vida cruzar, los edificios Haussman con esos ventanales de 8 metros, el Petit Palais... que no se si es un nombre o una broma.
  La ciudad del amor... ¿pero dónde se da uno un achuchón aquí, si te ven desde Bélgica? Tras esta impresión inicial Denis me descubrió el París de los barrios: Le Marais, Montmartre...Qué tiendecitas por doquier, llenas de las más atractivas delicatesems: panaderías, pastelerías, incluso las pescaderías, tratan el género como si de Christie´s se tratase. La calle Monterguiel con sus tiendas de comestibles durante el día y sus restaurantes por la noche... ummmh. O la rue Lepic, recomendada por el Oso con Botas, donde entre otras delicias vi la mayor variedad de setas silvestres de mi vida!.
   Y qué decir de las francesas. ¡Mon Dieu!, no se puede decir otra cosa, el mayor número de pivones por metro cuadrado que he visto jamás, bizco iba por la rue...

   A los tres días ya estaba pensando seriamente en trasladarme. Sólo por estar cerca de la preciosisísima iglesia de S. Eustache y el museo d'Orsay vale la pena (Por cierto, si creíais que lo del síndrome de Stendhal era una leyenda urbana ya os digo yo que no...) Aquí la vida cultural es un no parar.

   Esa noche tomando unos gintonics, que por cierto ponen fatal, contactamos con dos muchachuelas de lo más atractivo. Parece ser que los tipos rollo pelo en pecho no abundan, así que otro nicho de mercado abierto para mí. Las chicas estaban de lo más meloso y decidimos dar el clásico paseito romántico.
  Cual fue nuestra sorpresa, no grata precisamente, cuando al aparecer la luna, Denis empieza a emitir unos sonidos extraños para después de unos revolcones levantarse convertido en...¡Hombre!
  Y que hombre... parecía el remedo del zorrillo apestoso, ese de los dibujos. Empezó a hablar con un acento imposible a lo "adogable señoguita...", a besuquearles las manos hasta el codo... Si hasta se puso una boina! La cosa es que las jóvenes, alarmadas, empezaron a escaquearse y como no se zafaban de él acabaron llamando a los gendarmes.
   La noche la pasamos en el calabozo, y no veas para explicar lo del lobo-hombre.
   En fin, que me he vuelto a casa tan a gustito, y a París, como mucho, cuando haya luna nueva!

Quiche de salmón y eneldo

Para la masa (Pâte brisée) receta Julia Child
140 gr de harina
120 gr de mantequilla muy fria en daditos
4 c.s. de agua fria
1/2 c.t. sal
1 pizca de azúcar

     Poner todos los ingredientes menos el agua en un bol y mezclar  con la punta de los dedos rapidamente hasta que tengan aspecto de migas.
    Añadir el agua y mezclar formando una pala con la mano rapidamente, recogiendo todas las migas del cuenco hasta formar una bola. Tiene que quedar junta, no pegajosa.
   Para incorporar bien la grasa realizar el fraisage: Sobre una superficie enharinada arrastrar la masa unos 15 cm con la base de la mano. Se recoge con una espátula y se forma una bola. Envolver en film y refrigerar un mínimo de 2 dos horas.

Para el relleno

2 c.s. colmadas de harina
300 ml de leche
150  nata para cocinar
150 gr de salmón en daditos, limpio y sin espinas
1/2 cebolla muy picada
2 c.p. de eneldo
3 huevos
Sal y pimienta

     Extender la masa con un rodillo y forrar el molde presionando bien los lados, pinchar todo el fondo con un tenedor.
      Precalentar a 190º 
      Untar una lámina de papel de aluminio y cubrir la masa, presionando las paredes, con la mantequilla hacia abajo. Cubrir el fondo con legumbres para que no crezca. Hornear 5 min.
      Tostar en una sartén la harina y hacer una bechamel ligera con la leche, cuando esté espesa añadir la nata y cocer 5 min.
      Batir los huevos con la sal, la pimienta y el eneldo e incorporar a la bechamel. Añadir el salmón y la cebolla verter en el molde, del que habremos retirado el aluminio y las legumbres.
       Hornear 25-30 min., hasta que suba y esté dorada.


domingo, 2 de marzo de 2014

Blue golden lady con la muerte en los talones

   No quiero aburriros con los detalles que me llevaron  a estar viajando de polizón en un tren. Os diré que no había hecho nada, sólo fue el clásico embrollo de identidades erróneas con asesinos, espías y la CIA de por medio. Que me buscaban los buenos , los malos y los regulares, vamos...¿A quién no le ha pasado alguna vez?

   Allí estaba yo en un tren rodeado por todas partes y sin saber donde meterme cuando la vi. Ya no se hacen mujeres así, o por lo menos looks así: Guantes de cabritilla, boquilla kilométrica para fumar, más laca que un armario chino... y aún así divina.

  Me esperaba en una mesa del vagón restaurante, ante ella una impactante bebida azul.
  Me dijo que era un "Blue golden lady" y pidió otro para mí. Sólo alguien con tanto charme podría beber un cóctel tan extravagante sin despeinarse, aunque seguro que la laca también ayudaba.
  Y de aquí en adelante todo se vuelve frenético: Nos liamos, nos enamoramos, me traicionó, me persiguió un avión fumigador, la engañé, subimos el monte Rushmore, lo bajamos, detuvimos a los malos y básicamente salvamos el mundo libre.

  Porque la chica tenía lo suyo, de novia del malo y espía consorte a agente doble para acabar como mi señora. Sí, al fin iba a tener una vida de ensueño en el bosque de los cuentos.
  Me gustaría deciros que todo salió bien, que fuimos felices y comimos perdices, pero entenderéis que mi hogar no es el sitio más emocionante del mundo y ella, adicta a la adrenalina, no sabía que hacer con su vida. Se apuntó a pilates, a cursos de crochet, a vuelo sin motor... pero nada la llenaba.
  Aunque no se quejara, yo la la veía languidecer poco a poco. Cuando no lo soporté más le dije que lo mejor sería separarnos antes de empezar a odiarnos.

  De vez en cuando recibo postales suyas desde los sitios más remotos, cada una con una firma diferente, pero siempre la marca de sus labios color laca china.

   Golden blue lady

   1 medida de zumo de limón
   4 medidas de curaçao
   2 medidas de ginebra
   1 medida de sirope de naranja*
   Hielo picado

     Poner todos los ingredientes en una copa, remover brevemente y disfrutar.
 
     * El sirope de naranja es lo que queda despues de hacer estas naranjas confitadas. Si no lo tienes puedes sustituirlo por miel o sirope de agave


    *Esta receta participa en el concurso con el que April´s kitch celebra su tercer aniversario. ¡Felicidades!